Descripción general
El restaurante está «escondido» tras una pequeña puerta con un letrero pequeño. El restaurante está en la planta sótano, con un ambiente muy romántico y tranquilo.
El personal es muy amable, se esfuerzan por agradar y además son muy sinceros, pedimos el solomillo de ternera y nos recomendó cambiar de opción porque no creía que el proveedor le hubiera traído la mejor calidad posible.
Valoración de la comida
Pedimos una cazuela de gulas con gambas y ensalada de pimientos y ventresca de entrantes. Muy buenos, realmente los primeros es lo que más merece la pena del restaurante. La calidad de la materia prima se nota que es muy buena.
De segundo, tomamos tiras de lomo de buey flambeadas, que la carne estaba muy buena pero con el flambeado le quitaba mucho sabor; y lubina a la espalda, que nos sorprendió su forma de cocinarla porque venía con una salsa y un ligero sabor a vinagre, cuando esperábamos que fuera sin nada. El servicio súper amable.
Precio medio
35€-40€ sin vino.
Valoración
5/ 10.