Rast Café |

C/ Félix Boix, 6 Madrid. Tlfno: 91 359 60 08

Descripción general

Por fuera tiene los carteles en naranja, y una pequeña terraza en la calle. Al entrar, se puede pasar hacia el fondo donde está la sala de comedor o bajar unas escaleras, aunque la zona de abajo yo creo que se utiliza más para copas y fiestas los fines de semana.

La decoración es bonita, en plan moderno en negro y naranja y las mesas pequeñitas alrededor de la sala, de forma que los sitios pegados a la pared son en un banco extendido a lo largo de la misma.

El servicio deja mucho que desear, nos trajeron mal la vuelta y el cambio y durante la cena era imposible llamar a las camareras porque apenas salían de la barra y la cocina.

Valoración de la comida

La carta es variada sobre todo en precios, cuesta desde un pescado unos 10€ hasta otro que puede llegar casi a 20€. Tienen entrantes variados, ensaladas, algo de pescado y carnes.

Para empezar, pedimos gambones al ajillo. Vienen en cazuela de barro y peladas con la cola, la salsa está rica aunque igual demasiado picante. Las gambas tienen pinta de congeladas.

También pedimos la ensalada «rulo», con lechugas variadas, queso de cabra a la plancha, tomate cherry y vinagreta de frutos rojos. Estaba bastante buena, con un sabor original por la vinagreta que además, mezclado con el queso de cabra pegaba mucho. La salsa era como una mermelada suavizada para que no fuera tan dulce.

De plato principal tomamos dorada al azafrán. Estaba muy buena aunque en realidad más que al azafrán era a la marinera, venía con una salsa como la típica de las almejas a la marinera. Estaba un pelín pasada, pero en conjunto, con la salsa y las patatas asadas, estaba rica.

Y por último pedimos carpaccio. Malo. Te traen un carpaccio finísimo mezclado con tomate triturado por lo que parece que sólo estás tomando una especie de carpacio de tomate, no de lomo de buey ni mucho menos. Además, llenan el plato con queso parmesano y apenas le echan aceite de oliva, de hecho tuvimos que pedir que nos trajeran un poco porque estaba bastante seco.